Nuestro compañero Jesús
Lores nos manda estas fotos de su última captura en el
Ebro.
Aunque no es un siluro descomunal la lucha que presentó
fue muy dura. Además en el momento de la picada estaba él sólo y la dificultad para sacarlo del agua era grande. Al final viendo que no podía hacerlo sólo decidió llamar a su padre, que acudió rápidamente en su ayuda.
Una aventura que no olvidará fácilmente nuestro amigo Jesús.
Este reportaje es una muestra más de los buenos momentos que se pueden pasar en la orilla de un río. Yo creo que a todos nos motiva a tratar de cuidar, en la medida de lo posible, nuestros ecosistemas, ya que si estos desaparecen o se dañan, nosotros perderemos estos momentos.
Un saludo Jesús!!! y a por otro!!!!!!