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viernes, 21 de enero de 2011

Creación de Escenarios Deportivos en el Río Ebro. Zona sin Ley para pescar en Europa


“La zona sin ley para pescar en Europa”. Así es como muchos describen Mequinenza. Cada día pescadores de diferentes países visitan el embalse, ponen en práctica todo tipo de técnicas ilegales (como el uso de electricidad para conducir a los peces a la superficie o la colocación de somieres con botellas a modo de boyas durante toda la noche) y se marchan.
Dejan su basura en las orillas y se llevan sacos y neveras repletas de pescado, generalmente para vender en mercados irregulares como ya denunció La COMARCA hace meses. Estas operaciones suponen una masacre para la fauna y hace de oro a los furtivos, quienes una vez en su país, y sin una sola llamada de atención o sanción, venden las piezas capturas a altos precios.
Esta es la grave situación que desde hace años atraviesan tanto Mequinenza, como otros embalses del Bajo Aragón Histórico.
Para controlar a los furtivos, el Bajo Aragón-Caspe/Baix Aragó-Casp está a punto de iniciar la construcción de cuatro nuevos puestos de pesca en sus embalses. Estos escenarios se situarán en los términos municipales de Chiprana (El Regallo), Caspe (Ceitón y El Dique) y Fayón. Se llevarán a cabo dentro del Plan de Dinamización del Producto Turístico de la Comarca, con una inversión de 105.000 euros.
Recientemente, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha dado su autorización para que empiecen los trabajos. Esta respuesta afirmativa de la CHE se une a la que ya concedió hace meses el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA) e incluso va más allá. En su resolución, la Confederación no solo autoriza las obras, sino que afirma que “en los embalses de Mequinenza y Ribarroja hay una importante actividad de pesca y de navegación” y que “la actuación propuesta mejoraría su control”.
Y este es precisamente el objetivo de la Comarca, “contribuir a ordenar y regular la situación”. “Con estas actuaciones intentaremos que los pescadores pasen por los escenarios y que no practique la pesca donde les apetezca o en condiciones poco adecuadas”, señala Javier Sagarra, presidente del Bajo Aragón-Caspe/Baix Aragó-Casp.
Las obras comenzarán próximamente y consistirán en la limpieza de las zonas; el acondicionamiento de caminos de acceso y la construcción de paseos peatonales; la creación de aparcamientos y áreas de recreo con mesas y bancos; plantación de árboles y colocación de contenedores; y la puesta de carteles informativos en los escenarios y señalización de los mismos en las carreteras cercanas.
“Con esto queremos proteger a las personas que practican la pesca como deporte y acabar con las que no respetan las normas y la han convertido en un negocio ilegal”, lamenta Sagarra.
A pesar del importante objetivo del proyecto, el INAGA y la CHE han establecido una serie de condiciones para aprobarlo. Por ejemplo, que “no se eliminarán árboles, únicamente se procederá al clareo de cañas, zarzas y poda de ramas que invadan a los puestos de pesca”. Además, “la maquinaria se ubicará fuera de terrenos con vegetación natural” y “la plantación de arbolado se integrará paisajísticamente con especies autóctonas de la zona”.
Contentos, pero poco convencidos
Los ayuntamientos y pescadores de la zona han recibido con “alegría” y “esperanza” la noticia de las cuatro actuaciones en sus embalses. “El proyecto es bienvenido porque supone mejora y desarrollo para las instalaciones que ya tenemos”, asegura José Arbonés, alcalde de Fayón. “Creo que son necesarias medidas como esta, que contribuyen a controlar la pesca y que todo esté limpio”, añade.
“También ayudará a convertir los embalses en espacios adecuados para competiciones y para deportes acuáticos”, comenta Luisa Serra, presidenta de la Sociedad Deportiva de Pesca de Caspe.
Pero todos están de acuerdo en que una vez acondicionados los escenarios, el uso que se les dé dependerá exclusivamente de los propios visitantes. “Ese uso no siempre va a ser adecuado, por eso sería necesaria más vigilancia”, considera Javier Nicolás, alcalde de Chiprana.
“Si se arreglan los escenarios y no se pone vigilancia, encima se lo pones ‘a huevo’ a las personas que practican la pesca ilegal”, dice Serra. Pero el problema no es solo la pesca furtiva, “también pedimos más vigilancia por la seguridad de la gente. Muchos pescadores se han ahogado en el embalse porque no lo conocen”, añade esta pescadora.
Otro de los problemas en Mequinenza y Ribarroja es la basura que se acumula en sus orillas. “La gente va a pescar o a pasar el día y no se lleva la basura. Hace falta concienciar de que todos debemos cuidar el entorno para disfrutarlo”, comenta Arbonés.
En la localidad de Chiprana están “artos” de limpiar y que “a los 20 días esté todo igual otra vez”, según cuenta su alcalde. Para Nicolás, “tanto por parte de los ayuntamientos como de la Comarca se hace un importante esfuerzo por arreglar las zonas de pesca, pero falta el siguiente  paso, acotarlas”.
Seis Km. de Mequinenza, coto
El Gobierno de Aragón (DGA) esta trabajando en la posibilidad de convertir seis kilómetros del embalse de Mequinenza en coto deportivo. “Somos conscientes del gravísimo problema que sufre el Mar de Aragón. Es muy duro que haya gente con tan pocos escrúpulos y tanta cara dura para hacer lo que hace”, lamenta Anabel Lasheras, directora general de Desarrollo Sostenible y Biodiversidad del departamento de Medio Ambiente de la DGA.
El gobierno autonómico sabe “que no se va a resolver todo de un golpe”, pero que “con estos seis kilómetros de coto se pone un parche para buscar soluciones más rápidas y eficaces”. Según explicó Lasheras en su visita a Chiprana el pasado noviembre, “nos han autorizado un coto de seis kilómetros, pero puede estar fragmentado. No tiene que ser solo uno, se puede dividir en tres tramos”.
Para ayuntamientos y pescadores esta es la solución a  los problemas de su embalse, pero debería tener unas dimensiones mucho mayores. “¿Quien pesca en seis kilómetros de coto teniendo 500 libres? Acotar seis kilómetros es no querer hacer nada”, denuncia Repollés.
“Somos conscientes de que es muy difícil controlar 500 kilómetros de orillas, pero no en todas se puede pescar. Deberían acotar las más frecuentadas”, considera también Serra.
Desde Chiprana aprecian la voluntad de la DGA, pero consideran inútil la iniciativa. “Seis kilómetros de coto es algo insignificante e irrisorio. No va a servir para nada”.


Esperamos que mejore la situación actual de nuestros ríos.